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Las heridas del corazón

Tabla de contenidos del artículo

Corazón roto: ¿Desengaño, engaño o autoengaño?

Cuando imaginamos un corazón roto, comúnmente pensamos en una persona defraudada o abandonada por su ser amado, sin ninguna responsabilidad en lo que le ha sucedido. Si te dijera que aún en la peor circunstancia, hay una responsabilidad propia que entender y asumir para poder avanzar, ¿qué pensarías?

El Desengaño

Entre las heridas del corazón el desengaño es el primero que nos viene a la mente, decepción hacia la persona amada por actos reprochables, como: desinterés o desestima de las necesidades emocionales, sexuales o económicas de la pareja; violencia de cualquier tipo (verbal, psicológica, física o sexual); actos, premeditados o no, que atentan contra la estabilidad económica del hogar; Infidelidad; entre otras.

La infidelidad suele ser considerada particularmente dolorosa y constituye una de las principales causas de separación. No sólo genera desencanto, también produce desconfianza, porque comúnmente viene acompañada de engaños para ocultarla, ya sea por culpa, por conveniencia o por ambos motivos. En otros casos, se utiliza como muestra de menosprecio hacia la pareja con intención de hacerle daño, porque se tienen problemas graves en la relación o debido a rasgos narcisistas de personalidad de quien cometió el adulterio.

Otra circunstancia que produce desengaño es cuando uno de los integrantes de la relación manifiesta cambios en su comportamiento, emociones o actitudes, que defraudan al otro. Estos cambios pueden derivarse de factores externos al matrimonio o noviazgo, como desempleo, bancarrota, crisis existenciales, la pérdida de otro ser querido por fallecimiento, etc.

Ante estas situaciones, nuestra responsabilidad es tomar decisiones a consciencia, entendiendo cómo afectarán nuestra vida, nuestra relación de pareja y nuestros hijos si tenemos. La orientación del psicólogo en línea en este proceso es crucial.

El Engaño

Sucede cuando el ser amado muestra en los primeros encuentros actitudes y comportamientos distintos a los que habitualmente manifiesta, para convencer a quién está seduciendo que es la persona idónea para establecer una relación de pareja.

Esto pasa por diferentes motivos, entre ellos, las personas con rasgos psicopáticos, son altamente manipuladoras y aprovechan las necesidades de afecto, inclusión y pertenencia del otro, para modificar su conducta de tal forma que resultan deseables y encantadoras a nivel superficial. Cuando el contacto se hace frecuente y más íntimo, despliegan sus conductas impulsivas y desvergonzadas, así como su actitud egocéntrica, insensible y carente de culpa. En este caso el engaño es perpetrado de forma consciente y premeditada.

Por otra parte, quienes experimentan una fuerte necesidad de aprobación suelen actuar de manera complaciente y sumisa para evitar el rechazo, lo que engancha a personas dominantes, pero también a otras con baja autoestima que se sienten halagadas con las atenciones que les brindan. En ocasiones, con el paso del tiempo, comienzan a actuar de modo diferente, porque han reconocido que este comportamiento deteriora aún más su propia estima o porque sufren maltrato proveniente de quienes sedujeron, produciendo un conflicto de intereses y que la persona seducida se sienta engañada.

La responsabilidad que nos corresponde es cuidar nuestros afectos, entregarlos gradualmente y con precaución. Identificando previamente nuestros propios vacíos emocionales, para lo cual, la terapia racional emotiva conductual resulta idónea.

El Autoengaño

Hay otras razones por las cuales nos sentimos desilusionados, que no dependen de la otra persona. Por ejemplo, no nos dimos el tiempo suficiente en las circunstancias adecuadas para conocerle, y, cuando estamos más comprometidos, notamos características de su personalidad que nos resultan indeseables.

Lo anterior va de la mano con el amor romántico intenso, que, como se puede leer en el artículo «Profundamente enamorados: Exceso de amor y otros desencantos», permitimos que nuble nuestra razón e idealizamos al ser amado. Cuando el enamoramiento desciende vemos con mayor claridad a la persona que elegimos y puede que no nos guste. Se entiende que somos responsables de las idealizaciones que hacemos por la falta de control de nuestras propias emociones.

Circunstancia de autoengaño también la constituye la creencia irracional que nuestra pareja tiene la obligación de cumplir todos nuestros deseos, generándonos desagrado cuando la otra persona no satisface alguna de nuestras demandas, porque considera que es inapropiada o atenta contra su filosofía de vida. Esta postura respecto al amor suele estar acompañada de comportamientos posesivos, así como intolerancia a que la otra persona tenga anhelos propios y autonomía.

Somos responsables de evaluar nuestras propias creencias acerca del amor, descartar las irracionales y afianzar las que son realistas. Para ello podemos contar con la psicología en línea.

Otras heridas del corazón

Cuando se elige a alguien para amarle y esa persona rechaza nuestros afectos, porque no está interesada en tener una relación de pareja o no nos encuentra adecuados para tal fin. Recordemos que es irracional creer que todos los prospectos están obligados a querer tener una relación con nosotros.

También, cuando habiendo experimentado reciprocidad en los sentimientos durante un tiempo, uno de los integrantes de la relación decide unilateralmente terminarla, porque no está preparado para un compromiso más estable, se siente cansado emocionalmente, tiene otros intereses más significativos por la etapa vital en que se encuentra, está atravesando una situación personal compleja que no desea que afecte a su pareja, o, ha hallado alguien con quien siente mayor compatibilidad, entre otros motivos.

Un caso especial de amor herido es cuando se pierde por fallecimiento al ser amado, circunstancia usualmente inesperada que se convierte en un factor desestabilizador contundente. En esta situación se genera un duelo que requiere la atención de la persona afectada y la asesoría del psicólogo en línea, para evitar que se vuelva patológico.

Conclusión

La condición de quiénes viven una relación amarga que les genera infelicidad, ya sea por desengaño, engaño o autoengaño, puede ser transformada identificando las creencias irracionales que se tienen acerca del amor, tomando decisiones conscientes y recibiendo asesoría psicológica online.


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Psicólogo Gabriel López
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7 Comentarios

  1. Yo esto viviendo el desamor y el en gaño

  2. […] En otras palabras la «víctima» se convierte en «victimario». Sin contar que en algunas ocasiones se presiona a la persona que fue infiel para que relate los detalles más «inmorales» de la infidelidad, con el propósito de demostrarle repugnancia y hacerle sentir culpa por su «cochinada». En otros casos se le insulta, humilla o agrede físicamente, utilizando el propio dolor emocional como excusa. […]


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